¿Cómo cultivar jengibre en maceta para tenerlo disponible gratis todo el año?
Para un zumo detox, una infusión o para condimentar tu velouté de calabaza, el jengibre es el ingrediente extra que marcará la diferencia.
Por tanto, no es casualidad que los amantes de este rizoma deseen tenerlo durante todo el año. Para convertir este deseo en realidad, aquí tienes el truco que te permitirá tener un sinfín de jengibre, desde un simple macetero.
Aparecido en Francia alrededor del siglo XIII, el jengibre es apreciado sobre todo por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, su capacidad para reducir el azúcar en sangre y reforzar las defensas naturales.
Como también se puede utilizar como base para la preparación de un postre, el condimento de un plato o una sopa aportando un toque de frescura y vitalidad.
¿Cómo deshacerse infinitamente del jengibre de una maceta?
En lugar de recorrer las tiendas en busca de jengibre para dar sabor a sus adobos de carne , aves, guisos o tés de hierbas, ¿por qué no considerar cultivarlo cómodamente en casa desde una maceta simple y sin complicaciones?
Siendo esta planta tropical originaria del Sudeste Asiático, es necesario, si se desea cultivarla en Francia, ofrecerle condiciones favorables.
Al ser el jengibre una planta que aprecia especialmente el calor, es importante asegurarse de que la temperatura no baje de los 20 grados.
Consigue una maceta bastante grande. El jengibre crece principalmente a lo ancho, por lo que no hace falta optar por una maceta profunda y procurar que la distancia entre cada una de las raíces supere los veinte centímetros. En lugar de plantar semillas, necesitarás un rizoma de jengibre. Debe ser firme y más bien de color verde claro.
Con un cuchillo limpio, corta el rizoma en varios trozos de unos 3 centímetros. El jengibre debe estar seco y limpio antes de plantarlo. Si por el contrario está húmedo, déjalo reposar durante 48 horas para evitar que se pudra.
Una vez pasado este tiempo, puedes plantar tus trozos de jengibre en una tierra poco profunda pero fértil. Luego cubre todo con una capa de sustrato de unos 5 centímetros y no dudes en regar abundantemente.
¿Cómo cuidas el jengibre de cosecha propia?
Plantar jengibre en casa puede parecer sencillo, pero lo más importante es saber cuidarlo. Esta planta aprecia especialmente el calor, habrá que cuidar que se exponga al sol diariamente. Coloque su maceta en el alféizar de una ventana o cerca de un radiador para permitir que la planta absorba el calor.
Como la mayoría de las raíces y plantas, el jengibre necesita riego regular. Es imperativo que el sustrato permanezca húmedo. Pero humedecer no significa ahogarse. Si no quieres que el jengibre se pudra demasiado rápido, riégalo con moderación.
Si eres un fanático de los gestos eco-responsables y haces compost con tus desechos orgánicos, el vermicompostaje puede serte útil para cultivar jengibre.
El jengibre plantado a principios de la primavera puede beneficiarse de los beneficios del vermicompostaje a finales de junio.
En verano, tu maceta estará en su sitio en el alféizar de tu ventana o en tu jardín. Aún se debe evitar la luz solar directa, ya que podría quemar el jengibre.
Puedes empezar a aprovechar este último y sus vitaminas a partir de octubre incorporándolo a un zumo de piña o a una infusión de tomillo y limón para beneficiarte de sus propiedades antioxidantes, medicinales y estimulantes que favorecen la digestión y combaten la hinchazón.
Para dar sabor a tus platos y hacer preparaciones culinarias, es importante realzar tus recetas con plantas aromáticas frescas y otras variedades como el jengibre. Con esta técnica y un poco de ingenio, puedes cultivar jengibre durante todo el año.