Estas son las leyes del Karma que traerán a tu vida abundancia y prosperidad.
El karma es el juicio de nuestros actos. Castigo o recompensa. Suena fuerte, ¿no? Es la energía trascendente e invisible que deriva de nuestro comportamiento. Además, acumula las consecuencias que debemos “pagar” luego de nuestros actos.
El karma simplemente nos dice que las fuerzas que pusimos en movimiento hace 10 minutos o hace 10 vidas, volverán a nosotros.
Íntimamente ligado a nuestras reencarnaciones futuras, se convierte en la energía que utilizamos para limpiar nuestra alma al punto de poder alcanzar la perfección.
Mientras que el karma simboliza la responsabilidad y el pago de nuestros actos, la reencarnación nos da la oportunidad de ir más allá y ponerlas en práctica.
Comprender el karma, nos lleva a una vida mejor y es por eso que debemos entenderlo tal cual es. Cuando escuchamos hablar de karma, muchos piensan que automáticamente se refiere a un castigo, pero no es necesariamente así.
El karma es el equivalente a la Ley de Newton que estipula que “a cada acción le corresponde otra igual, pero opuesta”. Cuando pensamos, hablamos o actuamos, iniciamos una fuerza que tendrá una consecuencia. Esta fuerza recíproca puede ser modificada, cambiada o suspendida; pero la mayoría de las personas no podrán evitarla.
Esta ley de causa y efecto no es un castigo, sino que está enteramente guiada por la educación y el aprendizaje. Una persona no puede escapar a las consecuencias de sus actos, pero tampoco sufrirá si no cometió actos que conducen a ese sufrimiento.
De esta manera, la ley del karma no es un castigo en sí mismo y no conduce a algo sin sentido. Aprender a vivir con el concepto de karma puede ayudarte a ser una mejor persona que actúa de manera justa hacia los otros y se beneficia con la paz y la tranquilidad a su alrededor.
1) La Ley Mayor: Cosecharás tu siembra.
La explicación más simple para la Ley Mayor es que nuestros pensamientos y nuestras acciones tienen consecuencias buenas o malas. Si deseamos la paz, el amor, la armonía, la prosperidad, etcétera; debemos estar en sintonía con este deseo y desear de verdad actuar en consecuencia.
2) La ley de la Creación: Lo que deseamos llegará por medio de nuestra participación.
La vida que vemos a nuestro alrededor fue creada por la intención de una persona. A partir de esa persona, formamos el conjunto de seres que habitan el universo y nuestra intención es determinar la evolución de esa creación.
Como todo lo que nos rodea también forma parte de nosotros mismos, es nuestra responsabilidad asegurarnos que el medio en el que nos movemos se convierta en el lugar propicio de nuestros deseos.
3) La Ley de la Humildad: Negarse a aceptar algo, no impedirá que sea lo que es.
La aceptación es una virtud casi universal en muchas creencias. En términos simples, debemos, en principio, aceptar las circunstancias que nos toca vivir con el fin de poder cambiarlas. Ser humildes. Poner el acento en lo positivo en lugar de intentar cambiar lo negativo que no puede ser cambiado, nos evitará comprometernos en un resultado inútil.
4) La Ley del Crecimiento: Nuestro crecimiento está por encima de cualquier circunstancia.
Esta ley es muy importante porque nos invita a entender que sobre lo único que tenemos total control y dominio es sobre nosotros mismos. La acción producirá circunstancias positivas o negativas en nuestra vida y el verdadero cambio no llegará hasta que no nos comprometamos en cambiar lo que se encuentra en nuestro corazón.
5) La Ley de la Responsabilidad: Nuestra vida es el resultado de nuestras propias acciones y de nada más.
Cada vez que encontramos algo malo en nuestra vida, es porque hay algo malo en nosotros. Somos el espejo de lo que nos rodea y esto es una verdad universal.
Debemos asumir la responsabilidad de lo que hay en nuestra vida y de lo que incluimos en ella.
6) La Ley de la Conexión: Todo lo que se encuentra en el universo, ya sea grande o pequeño, está conectado.
Nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro están unidos. Y esto será así a menos que pongamos en la marcha los mecanismos necesarios para hacer los cambios que deseamos si queremos que algo sea diferente.
Ninguna etapa inicial, intermediaria o final es más importante que la realización de una tarea. Todas son necesarias.
7) La Ley de la Concentración: No podemos poner nuestra atención más allá de una sola tarea.
En lo que se refiere a nuestro crecimiento espiritual, no podemos tener pensamientos o acciones negativas y esperar crecer espiritualmente. Debemos poner toda nuestra atención en la realización de una sola tarea positiva y que nos deje una enseñanza que sea un ejemplo.
8) La Ley de la Hospitalidad: Demostrar que somos desinteresados muestra nuestras verdaderas intenciones.
En términos simples, debemos ser coherentes con lo que decimos creer y manifestarlo en nuestras acciones. Si crees que algo es cierto y verdadero, a lo largo de tu vida distintas circunstancias te conectarán y te pondrán en situación de demostrar esta verdad.
9) La ley del Cambio: La historia se repite a menos que sea cambiada.
El compromiso consciente en el cambio es la única manera de influir en el pasado. La historia volverá a repetirse y aparecerá a lo largo de nuestro camino si no lo hacemos constructivo o hasta que las energías positivas lo lleven a otra parte.
10) La Ley del Aquí y Ahora: El presente es todo lo que tenemos.
Mirar hacia atrás para ver lo que ya pasó y ya fue, nos impide estar totalmente en el “aquí y ahora”. Las viejas ideas, los viejos hábitos de comportamiento, los viejos sueños… Nos atan y nos impiden tener nuevas ideas, crear nuevos hábitos y vivir nuevos sueños.
11) La Ley de la Paciencia y la Recompensa: Nada valioso se ha conseguido sin una mentalidad paciente.
Todas las recompensas necesitan de un trabajo inicial. Las recompensas durables exigen un trabajo de paciencia y persistencia. La verdadera felicidad se obtiene haciendo lo que supuestamente debemos hacer y esperando que la recompensa venga desde allí y por sí misma.
12) La Ley de la Importancia y de la Inspiración: La mejor recompensa es la que contribuye al Todo.
Algo vas a recuperar independientemente de lo poco o mucho que hayas invertido. El verdadero valor de algo es una consecuencia directa de la energía y de la intención que ponemos en eso.
Sobre el karma y la historia de las piedras blancas y negras.
Había una vez un hombre llamado Drakhen que pidió consejo al Dharma, protector de los sufrimientos y los problemas, para que lo ayudara a cambiar su comportamiento. De parte de un monje recibió este consejo que puso en práctica.
Cuando tuviera una actitud negativa, debía abandonarla y guardar una piedra negra dejándola a un costado. Y al mismo tiempo, cuando tuviera una actitud positiva, debía cultivarla y guardar una piedra blanca dejándola a un costado.
Al principio, iba acumulando muchas piedras negras y muy pocas piedras blancas. Luego, a medida que perseveraba en su intención de abandonar las actitudes negativas y cultivar las positivas, los dos montones de piedras se igualaron.
Por último, ya casi no quedaban piedras negras y únicamente acumulaba las blancas.
La buena intención y la perseverancia junto con la voluntad de modificar nuestras malas acciones harán que logremos cambiar nuestro comportamiento.
¿Qué te parecieron las leyes del karma? ¿Las pones en práctica?
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